Sabíamos que era muy bueno como
futbolista. El gol de Benzema al Valencia debería
ser visionado y estudiado por los chavales de Valdebebas, para aprender como se
combina en un mismo movimiento, un control excelente con la diestra con un
empalme letal con la zurda; todo sin dejar caer la pelota.
Pero yo no voy a escribir sobre "el
Benzema deportista", sino del "Benzema persona",
ya que prefiero resaltar los valores de la persona antes que los profesionales.
Dejo pues, para los expertos los análisis futbolísticos, por razones obvias.
Lyon, la segunda ciudad de Francia en
importancia, después de París, es la capital del Departamento Rhone-Alpes, unas
de las regiones más rica e industrial del país. Su clima es
extremadamente continental muy frio en invierno y poco caluroso en Verano. El
rio Rhon, procedente del Lago Lemán, riega sus tierras, famosas por sus viñedos
y su excente vino con denominación de origen el Côtes du Rhône.
Nuestro protagonista nació en Lyon en
1987, en el seno de una familia numerosa de origen argelino, junto a ocho
hermanos. Se crió en un suburbio obrero de Lyon, llamado Bron, allí
creció como niño, pateando el balón en un descampado cercano a su modesta casa.
Hijo de emigrantes de origen Argelino, su familia se asentó en Francia, y como
tantos otros emigrantes, se adaptaron al modo de vida occidental, sin renunciar
a sus orígenes y costumbres. A los ocho años comenzó a jugar en su primer club
CD Bron-Terraillon, como tantos otros niños, sin destacar demasiado. Será a la
edad de 15 años, después de meterle tres goles al Sochaux, cuando todo el mundo
se dió cuenta del pedazo de jugador que podía ser. Después vendría el fichaje
por el O.L. Lyon, que le consagró como uno de los mejores delantero de Francia
y de la Selección Francesa.
Reservado y tímido sería su primera
carta de presentación. Su timidez, junto al desconocimiento del idioma, no fué
de gran ayuda para adaptarse a Madrid. Ojito derecho del Presidente, necesitó
ayuda y paciencia por parte del Club y de Mourihno, para triunfar plenamente en
el Real Madrid. Ha tenido que readaptar su juego y ahora presiona y lucha desde
la primera línea de salida del balón del equipo contrario. Su titularidad la
comparte con Higuain, y siempre es el primer cambio que efectúa el entrenador
en el segundo tiempo. Jamás una palabra altisonante, ni una protesta contra el
entrenador o compañeros. Siempre educado y de trato exquisito. Hace un año los
agoreros querían venderlo y la grada no entendía su indolencia: algunos
periodistas deportivos preferían a Adebayor, "Manolito" -nombre de torero-
a Karim. A todos les ha callado la boca en el terreno de juego, empezando por
su entrenador que lo comparó con un gato para cazar: "si vas a
cazar y solo tienes un gato, pues cazas como un gato", en unas
desafortunadas declaraciones de Mourihno, casi humillándole. Fueron sus horas
más bajas en el Real Madrid, aunque lejos de hundirle le estimularon. La falsa
incompatibilidad entre Karim e Higuain ha quedado superada mediante goles
y buen juego, ambos se entienden a la perfeción. "No somos
incompatibles, podemos jugar juntos" -decía-. Ya es querido por
la afición del Real Madrid, que valora sus cualidades y su engañosa
"apatía", que le hace ser letal en el área. La mayoría desconocían la
procedencia de su raza y sus genes: gente de desierto, aguerrida, sufrida, acostumbrada
al sacrificio silencioso. "Trabajaré para ayudar al real Madrid a
conseguir títulos", ha afirmado. Fiel a su origen, nunca olvida a su
gente ni a su barrio y siempre que el calendario lo permite, visita a los
suyos. Para los niños de los barrios obreros de Lyon, es un héroe, un ejemplo a
seguir.
Antonio González Padilla
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