"Pacta sunt servanda" (Los pactos son para ser cumplidos) decían los romanos. No sé si Di María está bien o mal pagado de acuerdo con su rendimiento; tampoco si otros que no meten tanto el pie, están mejor pagados que él. La obligación de un profesional es entrenar, estar preparado y jugar lo mejor posible, cada vez que salga al terreno de juego; el club debe pagarle lo pactado en el tiempo y en la forma que se firmó. Hoy no sucede así. En la vorágine del tiempo, de lo inmediato, de lo perecedero, ni la palabra ni los pactos se cumplen. Están para no cumplirse. Entonces ¿Para qué se firman? Di María es un excelente jugador; hay muy pocos jugadores en el mundo que tengan rapidez, desborde, pase y gol, como los tiene él. Su rendimiento la temporada pasada está fuera de toda duda: su concurso fue esencial para conseguir la Décima Copa de Europa y la Copa del Rey. El problema es que se siente minusvalorado en un club lleno de estrellas; considera que el Real Madrid no le paga ni le estima en la medida que él rinde, mientras que sí lo hace con otros jugadores de su misma condición y rendimiento; así piensa él. Acertado o no, bien o mal aconsejado por su entorno o por su representante, acabó por pedir un aumento de sueldo que el Real Madrid no está dispuesto a concedérselo. Los "acomodos" de sus partes nobles ante el público del Bernabeu, y las declaraciones efectuadas contra su compañero Cristiano Ronaldo en el mundial de Brasil, se entienden, como una forma de manifestar su descontento con el club y de reivindicar lo que él considera que es justo. Con independencia del montante total de su sueldo -en comparación con otros jugadores- en el que no entramos, consideramos que se le debe exigir el cumplimiento del contrato, y si no está de acuerdo, venderlo por una cantidad superior a la que costó, calculando -en la medida de lo posible- los daños ocasionados al club en su planificación deportiva. El pragmatismo y el sentido común de un club señor como el Real Madrid, han de imponerse y no debe retener a ningún jugador en contra de voluntad. Aunque seguimos pensando que "Pacta sunt servanda".
Peña Madridista El Esparto